¿La COVID-19 supone un cambio de paradigma para la fisioterapia?
Nos encontramos ante un cambio de paradigma a nivel mundial, pero también a nivel local. La pandemia de la COVID-19 ha removido muchas estructuras y obliga a pensar y a actuar de forma diferente.
¿Cómo ha afectado el Coronavirus a los tratamientos fisioterapéuticos?
En el caso de la fisioterapia, la imposibilidad de realizar tratamientos grupales, la necesidad de proteger al paciente y al profesional, el miedo a ser contagiado o a contagiar, la dificultad para el contacto, o para aplicar técnicas específicas que requieran dispositivos que necesitan ser desinfectados, ponen de relieve la necesidad de cambio. La gran pregunta es ¿Cómo? ¿Cómo va a tener que ser la fisioterapia? ¿Cómo aplicar las intervenciones? ¿Cómo relacionarnos y supervisar a los pacientes? ¿Cómo se les puede evaluar?
Se trata de un escenario incierto pero todas estas preguntas tienen una respuesta clara: de forma diferente a como lo habíamos hecho hasta ahora.
Nuevas necesidades, nuevas herramientas
Por un lado, se necesitan herramientas que permitan continuar con el seguimiento de los pacientes en entornos diferentes a los centros de fisioterapia. Sistemas de vídeoconsulta que permitan establecer una conexión directa con los usuarios, un mecanismo a través del cual poder hablar sobre cómo se sienten, solventar sus dudas sobre la intervención pautada, visualizar los ejercicios para comprobar si los ejecutan de forma correcta o mostrarles cómo realizarlos adecuadamente.
Por otro lado, estos sistemas permiten establecer un método de evaluación con pruebas simples -aplicadas a distancia- pero válidas, fiables y seguras. Para cualquier fisioterapeuta es esencial disponer de herramientas evaluativas que le indiquen el estado del paciente, sus disfunciones y evolución. Esto permite diseñar un programa de intervención personalizado, adaptado al paciente, a su entorno y a sus preferencias. Además, si el programa puede ser visualizado en directo, cuando sea necesario, o registrado mediante un diario de intervención, permite en todo momento, saber la respuesta del paciente, detectar posibles errores o limitaciones y ajustar periódicamente las cargas o ejercicios propuestos.
Una plataforma tecnológica adaptada a los fisioterapeutas
Por todo ello, cada vez será más necesario poder disponer de una plataforma tecnológica que permita evaluar y controlar las capacidades de cada paciente y que asegure un seguimiento eficaz y fiable de la intervención. La fisioterapia del siglo XXI inevitablemente tendrá que incorporar esta tecnología, aunque no sea necesario utilizarla en todos los pacientes ni en todas las sesiones. Pero lo cierto es que ha llegado para quedarse, porque es la respuesta a la necesidad de poder seguir interviniendo también a distancia -online u offline-, para seguir interactuando y supervisando el desarrollo de los pacientes y sobre todo, para empoderar al usuario en la mejora de su salud.
La evidencia científica pone de manifiesto la efectividad de la fisioterapia en el tratamiento de un número creciente de patologías agudas o crónicas. Como consecuencia, esta disciplina adquiere un rol cada vez más imprescindible en la salud de las personas, como lo es y lo será en el tratamiento de pacientes que presentan secuelas por la COVID-19.
Los cambios también son oportunidades. ¿Y tu? ¿A qué esperas para adaptarte al cambio?